martes, 25 de septiembre de 2012

LAS COMPETENCIAS Y HABILIDADES MÁS VALORADAS EN UN CANDIDATO

Muy frecuentemente los consultores de selección o los responsables de recursos humanos dispuestos en la búsqueda y selección del candidato ideal se encuentran un problema que resulta muy frecuente: aparece un candidato muy bueno, responsable y dinámico pero sus competencias no se adaptan realmente a los requerimientos que en ese momento se está intentando cubrir.

Los idiomas, la informática y la experiencia previa siguen siendo los conocimientos más valorados por las empresas. Sin olvidar la disponibilidad geográfica, la formación profesional y la especialización.
 



 
 

Las nuevas tecnologías han potenciado la importancia del inglés como segunda lengua. Según un estudio elaborado por el portal de empleo Infojobs, un 79% de las ofertas de trabajo que piden conocimientos de idiomas, se decantan por el inglés. El francés es el segundo idioma más demandado con un 12,6 % y el alemán es el tercero con un 6,9%.

Junto con los idiomas, otro requisito necesario serán los conocimientos en informática o tecnología, sin olvidar que siempre es más probable que una empresa contrate a un trabajador que tenga experiencia en su área profesional y mejor aún, en un ámbito temático específico. Lo difícil es conseguir esa primera experiencia, algo de lo que se quejan muchos recién titulados.

Sin embargo, las empresas comienzan a buscar otro tipo de destrezas en sus candidatos. Las competencias profesionales más buscadas han cambiado mucho. Entre las más demandadas se encuentran:

- El trabajo en equipo: hoy en día casi nadie trabaja solo. Las empresas están formadas por grandes equipos que han de saber compenetrarse y que tendrán que trabajar juntos día a día.

- La flexibilidad, la movilidad y la polivalencia para adaptarse a entornos cambiantes: las empresas demandan a los empleados que pueden asumir tareas imprevistas y asumir trabajos no programados.

- Toma de decisiones y el espíritu emprendedor: las empresas buscan trabajadores proactivos, que sepan hacer frente a los problemas que surjan día a día. Además se valora la iniciativa y la ilusión de comenzar nuevos proyectos.

- Gestión del tiempo: vivimos en un mundo que avanza muy deprisa, en el que la efectividad y la gestión del tiempo son aspectos muy importantes en el trabajo. Este factor mejora la productividad y la competitividad de la organización.

- Conocimientos de las redes sociales: aunque no está entre las habilidades más demandadas, se ha convertido en algo casi imprescindible en ámbitos como la publicidad, el marketing o la comunicación.
 
Reflexiona sobre este tema: ¿Qué habilidades deberías mejorar?

lunes, 10 de septiembre de 2012

EL ERROR COMO APRENDIZAJE

¿Qué es un error?

Según la definición de la Real Academia Española de la Lengua el error es “un concepto equivocado o juicio falso. Acción desacertada o equivocada”.

¿Por qué tenemos miedo a fallar? ¿Por qué castigamos y no olvidamos el fracaso? Mientras sigamos con esa mentalidad no progresaremos y perderemos muchas oportunidades. Hay que aprender a ver que en cada error se halla la posibilidad de una nueva historia.

El error es una de las bases de la innovación y la creatividad. Gracias al error podemos buscar nuevas respuestas, nuevas acciones y generar nuevos conceptos, en definitiva hay que considerar el error como una oportunidad de aprender.

Vivimos en una sociedad que castiga el fracaso, no lo olvida, y el que lo ha cometido debe vivir con esa etiqueta. Por eso, el miedo al fracaso nos paraliza y frena nuestra capacidad de arriesgarnos. Esta falta de seguridad es muy peligrosa porque nos acomoda en una falsa zona de confort que provoca  que renunciemos a nuestras fuentes de aprendizaje.

Las tres erres del error
Está claro que de los errores se aprende, pero también se puede crear. La cuestión es cómo convertir el error en algo creativo y abandonar esa sensación de negatividad. La imaginación, la perseverancia, la capacidad de ver más allá de lo establecido y estar dispuesto a romper moldes son algunos de los elementos para transformar el fallo en una oportunidad.

Todo error creativo encierra tres pasos, tres erres:
• Reconocimiento: cada fallo es una lección de humildad que nos pone en nuestro sitio. Saber que no somos infalibles es un ejercicio beneficioso. Nos enseña que debemos prestar atención y aprender para mejorar en el futuro. Así pues, el primer paso es reconocer que nos hemos equivocado, pero sin caer en el desánimo y la inseguridad. Esta fase también implica que debemos ocuparnos de él.

• Responsabilidad: al reconocer nuestra equivocación estamos tomando el control de nuestros actos en lugar de echar las culpas a terceros. Por tanto, cada error asumido nos recuerda que mucho de lo bueno y lo malo que nos sucede depende de nosotros.

• Revolución: Es el momento en el que hemos asimilado nuestros fallos y estamos dispuestos a aprender de ellos, es entonces cuando podemos encontrar nuevos caminos que pueden llevar a la revolución creativa.

El progreso es una carrera hacia la superación llena de experimentos fallidos pero necesarios, porque solo a través de lo que no funciona llegaremos a descubrir lo que funciona. La vida de todas las personas es una constante prueba y error, donde el premio lo obtiene quien más aprende de sus errores.

Lo que distingue a las personas que aprenden de los errores de las que solo saben tropezar con ellos es un espíritu autocrítico y responsable, tienden a analizar lo que ha salido mal y sintetizar la clave del error, posee inteligencia emocional, “lee” lo que sucede a su alrededor y saca conclusiones para cultivar interacciones positivas y reducir las de resultado negativo.

Quien tropieza siempre con la misma piedra, en lugar de maldecirla, debería fijarse en cómo anda. Esa es la lección. Es imposible apartar todas las piedras del camino, que están ahí para enseñarnos a educar nuestros pasos.

“Todas las personas cometen fallos, pero solo las inteligentes aprenden de ellos” (Winston Churchill)
Y tú, ¿cómo afrontas los errores? ¿eres de los que aprende de ellos…..?