viernes, 13 de agosto de 2010

Movilidad laboral en tiempos de crisis




Cuando se trata de movilidad laboral, los españoles siempre somos calificados como tradicionales, poco arriesgados o incluso acomodados. Sin embargo, son cada vez más los que buscan trabajo fuera de España.


Tanto es así que el 62% por ciento de las personas en edad de trabajar estarían dispuestas a cambiar de ciudad para conseguir un empleo. Esta es la principal conclusión del “Tercer estudio de movilidad laboral” de Randstad.


Esta cifra es significativamente superior cuando la persona está actualmente sin empleo (un 68 por ciento cambiaría su domicilio) que cuando está trabajando (un 54 por ciento).


El perfil del trabajador que se marcha fuera de España es el de un varón cuyas prioridades son ocupar puestos de responsabilidad y hacer carrera en su nueva empresa. En cambio, las mujeres se decantan por un buen ambiente laboral y flexibilidad horaria. La oportunidad de aprender un idioma o vivir una experiencia diferente en otro país es citada como una prioridad tanto para hombres como para mujeres.


En España, es el profesional cualificado el que busca oportunidades para desplazarse a otro destino, no sólo por motivos salariales sino porque supone una buena ocasión para participar en proyectos interesantes, el perfeccionamiento de idiomas y la posibilidad de desarrollar una carrera internacional. En concreto, hay determinados perfiles, como los del sector de nuevas tecnologías o las ingenierías, que tienen mucha demanda en cualquier país, lo que genera unos flujos enormes a nivel mundial. Sin embargo, ante la crisis, los españoles que iban a trabajar al extranjero se decantaban por puestos relacionados con la investigación, le medicina y la biología. Hoy, la lista se amplía a ingenieros, arquitectos e informáticos que han perdido su empleo o buscan ser mejor valorados.


Si nos centramos en la movilidad laboral, además del perfeccionamiento de un idioma, esta experiencia da la oportunidad de conocer métodos de trabajo diferentes, favoreciendo la innovación en el puesto de trabajo, la flexibilidad y una mayor adaptabilidad de cara al futuro. Por lo tanto, la movilidad laboral está vinculada a la mejora de las condiciones de la empleabilidad. Esto es especialmente crucial para nuestros jóvenes, donde residen los mayores porcentajes de desempleo en nuestro país, por lo tanto, habría que promocionar estrategias de internacionalización desde nuestro país o bien nuestros estudiantes con talento decidirán directamente internacionalizarse porque el mismo mercado laboral interno les animará a ello.


Queda claro que todavía estamos lejos de lograr que los trabajadores perciban la movilidad laboral como una oportunidad. Quizás la aplicación del Espacio Europeo de Educación Superior y su objetivo de "globalizar" la educación universitaria supondrá mejorar el intercambio de estudiantes entre universidades europeas y favorecerá una mayor comprensión del fenómeno de la movilidad laboral.


¿Estarías dispuesto a cambiar de residencia por un empleo? y ¿marcharte fuera de España en busca de nuevas oportunidades laborales?

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