martes, 13 de septiembre de 2011

Concepto de Flexiseguridad en el Mercado Laboral Europeo

Actualmente, la integración de la economía a nivel internacional, el desarrollo de las nuevas tecnologías, el envejecimiento de la población y el elevado desempleo de larga duración ponen en peligro la creación de empleo y los sistemas de protección social, ya que los sistemas de los países europeos no están preparados para estas situaciones.
Asimismo, la actual crisis que viene prolongándose desde 2007 crea un mercado laboral muy segmentado entre los trabajadores con contratación precaria y estable. Todo ello, implica cambios en el mercado laboral, que plantean la necesidad de crear la seguridad del empleo y no la del puesto de trabajo.

La Comisión Europea y los propios estados estudian la elaboración de unos principios comunes que sirvan de referencia a la hora de cambiar sus sistemas sociolaborales en los que aparezca la característica de la flexiseguridad.
La mayoría de la población (76% según estudios de la propia Comisión) acepta la necesidad del cambio y que los empleos de por vida con un sólo empleador ya no es lo habitual.

La flexibilidad, no es sólo una mayor libertad de la empresa para contratar y despedir, sino que también incluye la posibilidad de que un trabajador pueda optar a mejores empleos tanto mediante movilidad ascendente como horizontal (interna o externa).
Igualmente, permite dar respuestas eficaces a las nuevas necesidades sociolaborales, facilitando la conciliación entre el trabajo y la vida privada.

La seguridad alude a la idea de tener una constante posibilidad de empleo y la existencia de una protección social adecuada y oportunidades de formación en los periodos de transición en un cambio laboral.

Debemos saber que las legislaciones que se centran prioritariamente en una protección estricta del puesto de trabajo (no del empleo), dejando en un segundo plano los posibles periodos de transición laboral, reducen el número de despidos por el temor de las empresas a los costes laborales, especialmente por las PYMES. Pero, también limita las posibilidades de reinserción en el mercado laboral cuando se alcanza la situación de desempleado, prolongándose el periodo de tiempo de permanencia en la misma y agudizándose, en periodos de crisis, el fraccionamiento del mercado laboral.
Pero debemos señalar como efecto positivo de estos sistemas, que animan a la empresa a invertir en formación y promueven la lealtad y el aumento de la productividad de los trabajadores.
La experiencia demuestra que un trabajador, prefiere una adecuada protección en los periodos de desempleo, a una excesiva protección contra el despido. Esto, no tiene porque interpretarse como una reducción de derechos, siempre y cuando mejore la protección en esos periodos de transición o de cambio de trabajo.

Un sistema que recoja las líneas de actuación de la flexiseguridad, combinaría una protección del empleo (frente a la del puesto de trabajo), con la protección de la situación de desempleo y políticas activas que permitan transiciones rápidas. Para ello, es necesario:
- Crear estrategias y planes de formación que permitan un aprendizaje permanente para responder con rapidez a los cambios y a la innovación del mercado laboral y económico. Con ello, no sólo se cubre las necesidades, sino que se evita el temor del trabajador al cambio de puesto de trabajo y el de las empresas a que los empleados formados puedan ser contratados por sus competidores.
- Crear sistemas de protección de desempleo y políticas activas eficaces. El sistema de prestaciones debe ser una protección para la transición al nuevo empleo, pero nunca reducir la motivación para acceder al empleo. Para ello, se debe tener sistemas eficaces de apoyo a la búsqueda empleo combinados con los planes de formación. De la misma manera, tienen que coexistir unas condiciones laborales racionales y atractivas; y un cumplimiento responsable por parte de las empresas, que anime a abandonar el sistema de protección social.

Con todo ello, el trabajador cambia su perspectiva, pasando de pensar en su puesto de trabajo, a pensar en su empleo, con independencia del empleador. Así, la protección del desempleo pierde el carácter asistencial, pasando a ser la herramienta para impulsar la carrera profesional y facilitar la transición al nuevo empleo.

El diseño y financiación de estos sistemas requiere la participación activa de, todos; ciudadanos, empresas, agentes sociales y gobiernos, porque a fin de cuentas la suma de todos ellos es lo que constituye el Estado.

A modo de resumen, la Unión Europea ha definido los siguientes principios comunes en los sistemas que contengan la flexiseguridad:
- Disposiciones contractuales flexibles y fiables.
- Estrategias de aprendizaje y/o formación permanentes.
- Equilibrio de derechos y deberes entre los empleadores, los trabajadores, los desempleados y la autoridad pública.
- Adaptación de la flexiseguridad a los diferentes mercados laborales existentes.
- Reducir la fragmentación del mercado laboral entre activos y desempleados.
- Promoción de la movilidad en la empresa tanto interna como externa.
- Establecimiento de criterios de igualdad ante la diversidad
- Existencia de confianza en el dialogo social.

Danos tu opinión.

1. ¿Crees que estos sistemas pueden ser más eficaces que los actuales de cara a conseguir y mantener unas mejores tasas de desempleo?

2. Una minorización de la protección del despido y una mejora de la protección en los periodos de desempleo, ¿es una perdida o mejora de derechos?

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